La Región del Sur de la Amazonia Colombiana

 

El espacio jurisdiccional formal

 

De acuerdo con lo estipulado en la Ley 99 de 1993, el espacio jurisdiccional formal bajo la responsabilidad de CORPOAMAZONIA abarca la totalidad de los territorios departamentales de Amazonas, Caquetá y Putumayo.

Como tal, esta región, que tiene una forma alargada con orientación dominante ESE WNW, puede inscribirse en una figura rectangular enmarcada por los paralelos 03°00'N 04°15'S y los meridianos 069°25'W 077°15'W.

 

Con base en una primera revisión de fuentes secundarias, se puede afirmar que esta región tiene una extensión que, con una probabilidad del 95 %, parece estar situada entre los 212.000 y los 275.000 km2. Como tal representa alrededor de una quinta parte del total del área "continental" de Colombia.

 

El bajo nivel de precisión en el valor de la extensión territorial de la región se debe fundamentalmente a carencias en los textos jurídicos que definen los límites de los tres departamentos. Esta falta de rigor es, por supuesto, en primera instancia un reflejo de la débil visión espacial de los autores de dichos textos. Pero también es un reflejo de la no-disponibilidad efectiva de instrumentos de apoyo cartográfico con un adecuado nivel de resolución, acoplados a una red geodésica fidedigna y a observaciones astronómicas cuidadosas en una cantidad acorde con la extensión del "objeto problema".

 

Partes significativas del espacio jurisdiccional formal asignado a CORPOAMAZONIA están cobijadas por normas legales especiales (v.gr. parques nacionales, territorios indígenas, etc.). Muchos de estos espacios están regidos por normas de orden nacional que pretenden condicionar, y hasta cierto punto incluso determinar, de manera preestablecida una serie de restricciones y orientaciones para cualquier escenario de ordenación y uso del suelo de la región. Pero, . resulta que en la definición y delimitación de dichos espacios se cometieron ligerezas del mismo estilo que las ya anotadas para los tres departamentos. Lo anterior se encuentra agravado con el hecho que no siempre se tuvo la debida y oportuna precaución de, entre otros, hacer anotar dichos espacios para los cuales se pretende que rijan controles y regulaciones especiales de la propiedad por parte del Estado en los folios correspondientes de la Superintendencia de Notariado y Registro, del Catastro Nacional, etc. Con las consecuencias obvias de conflictos sociales y litigios interminables.

 

El espacio funcional

 

Para CORPOAMAZONIA es indispensable orientar adecuadamente su espacio funcional de manera tal que las actuaciones de la institución ‑ en especial los procesos de ordenación de acuerdo con una postura de política ecológica ambientalmente sostenible ‑ maximicen el aprovechamiento de los recursos humanos y financieros disponibles en un momento dado, teniendo en cuenta:

  • La extensión territorial que tiene bajo su jurisdicción;
  • El abanico de las situaciones socio‑políticas imperantes en dicho territorio; y
  • Las exigencias de generar efectos ambientales positivos para las diversas comunidades humanas asentadas en el territorio donde ejerce su función y responsabilidad de autoridad ambiental regional, rápidamente capitalizables como logros de una gestión estatal responsablemente interesada en el desenvolvimiento de dicha región.

Pero ¿cuál es, o podría ser, ese espacio funcional efectivo y conveniente para CORPOAMAZONIA?


Para el espacio jurisdiccional formal “único” identificado en el Numeral anterior existen varios modelos de espacio funcional, bastante diferentes entre sí. Los elementos más sobresalientes de algunos de los más usuales de estos modelos fueron reseñados recientemente por MAYA et al. (1997) de los cuales se tomaron las siguientes anotaciones:

  • Desde «lo ecológico», para el resto del mundo, la Amazonia colombiana representa la última “gran frontera” de lo natural, área especial de reserva ecológica de interés mundial por ser recipiente singular de la megabiodiversidad del trópico húmedo. No se desconoce que hay razones que ameritan estos calificativos, pues la Amazonia colombiana alberga importantes centros de diversidad y endemismo, en teoría debido a la influencia de los refugios de clima húmedo que perduraron allí durante las glaciaciones del Pleistoceno, y conocidos como los refugios del Napo, de Loreto e Imerí, entre otros. Igualmente debe reconocerse el valor de los ecosistemas localizados en zonas de rápida transición de clima, relieve y suelos, como ocurren en la vertiente oriental de la Cordillera Andina y sus piedemontes, en las selvas ubicadas en la transición entre la Amazonia y la Orinoquia, y aquellas entre el río Guaviare y el río Vichada. Del mismo modo, existen condiciones que propician una alta diversidad de ecosistemas terrestres y acuáticos como lo son las várzeas, los igapós, y los complejos de caatingas y campinas y los bosques subhigrofíticos e higrotropofíticos, entre otros.
  • Desde «lo ambiental» la Amazonia colombiana recibe las mayores precipitaciones de la Amazonia (entre 3.500 y 5.000 mm/año), y por lo tanto alberga los bosques pluviales tropicales más exuberantes e impresionantes de la tierra, bosques naturales con altísima biodiversidad pero con condiciones de bajísima productividad económica inicial. Estos bosques están ubicados sobre suelos extremadamente pobres con severos limitantes agronómicos, entre ellos una alta deficiencia en fósforo y potasio, niveles tóxicos de aluminio, baja capacidad de intercambio catiónico y alta erodabilidad.
  • El área cuenta con una red natural de drenajes restringida para la navegación a gran escala, lo cual hace de la misma una de las de menor accesibilidad fluvial de toda la Amazonia. Además, se trata del territorio colombiano más lejano de los puertos marítimos profundos que tiene el país.
  • Es una de las áreas de toda Sudamérica, de la cual sólo se dispone de conocimientos marginales y fragmentados acerca de su potencial para el desarrollo de actividades socioeconómicas, y donde seguramente existe la dotación a nivel de equipamiento e infraestructura social y económica de la menor densidad y mayor precariedad en el continente.
  • Haciendo a un lado la coca, el Sur de la Amazonia Colombiana es una región que a pesar de su gran riqueza natural, en la actualidad ofrece una baja oferta de recursos y de facilidades para la exportación En el pasado, la Amazonia ha vivido numerosas bonanzas extractivistas ‑ quina, caucho, oro, pieles, petróleo, coca ‑ las cuales han determinado la ocupación, explotación y posterior abandono de este territorio.
  • Vista como área fronteriza internacional, se le ha dado importancia como base para el establecimiento y mantenimiento de la presencia militar y de colonizaciones dirigidas para el poblamiento y la salvaguardia de la soberanía nacional en las fronteras con Brasil, Perú y Ecuador.
  • Como frontera interna, se le ha considerado como espacio desocupado, inicialmente susceptible de ser tratado en su totalidad como reserva forestal de uso restrictivo, y luego, hacia el cual dirigir desplazados de las zonas de expulsión de población del interior del país.

CORPOAMAZONIA optó por utilizar como referente una Amazonia concebida desde «lo ambiental» cuya riqueza albergada en la enorme diversidad biológica, de la cual los habitantes locales son depositarios, no es el resultado espontáneo de una “naturaleza prístina” alejada de la mano del hombre, sino, mejor, el de 10.000 años de selección y manipulación intencionada de su entorno en general, y de especies cultígenas en especial, por parte de las comunidades nativas de la Amazonia.

 

Partiendo de este supuesto, es claro entonces que la preservación del patrimonio amazónico va a depender de la posibilidad que las comunidades locales actualmente establecidas puedan seguir ocupando sus territorios autónomamente, que puedan seguir utilizando y manejando sus ecotopos y biomas productivamente.

 

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