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PRESENTACIÓN
La experiencia acumulada en el procesamiento y sistematización
de información documental ambiental durante más de veinte años y la urgente
necesidad de contar con una herramienta que normalizara la multiplicidad
de términos que encontramos al clasificar temáticamente un documento,
dió como resultado el TESAURO AMBIENTAL PARA COLOMBIA.
Este trabajo se inició realmente en el INDERENA, cuando se utilizaba en
la biblioteca el tesauro ambiental de la CEPAL[1]
y nos ayudábamos con el de la REPIDISCA[2]
o el de INFOTERRA[3]. Con
el Código de los Recursos Naturales Renovables y de Protección del Medio
Ambiente a la mano, empezamos a recoger términos que no encontrábamos
en los tesauros, y con anotaciones de términos nuevos trabajamos durante
mucho tiempo.
Hago hincapié en el Código de los Recursos Naturales Renovables y de Protección
al Medio Ambiente pues con él aprendimos a navegar correctamente. Su consulta
nos ubicaba y aún hoy, enfrentados a miles de términos "novedosos", nos
ubica. De allí tomamos términos básicos y más que básicos que fueron el
soporte de donde arrancamos: recursos naturales renovables, fauna y flora,
parques nacionales, bosques, cuencas, agua, suelos, etc.
Pasamos luego del INDERENA por la etapa de la industria y el medio ambiente,
pequeña y mediana industria, curtiembres, contaminación industrial, tecnologías
para el control de la contaminación, etc., y tiempo después, con el OCDE[4]
a la mano, debímos unir lo ambiental con economía, desarrollo económico,
planeación, aspectos sociales, transporte, comercio, etc.
Con la creación del Centro de Documentación del Ministerio del Medio Ambiente
en 1997 nos encontramos con la necesidad de concretar esa convergencia
de muchas ciencias y disciplinas con lo ambiental, lo que venía de atrás
con lo que ya aportaban más claramente el IDEAM, el von Humboldt y los
otros institutos especializados: clima, meteorología, hidrología, biodiversidad,
ecosistemas, especies promisorias, mercados verdes, y más adelante, no
quedarnos con vivienda sino hábitat construido, territorio, ordenamiento
territorial, saneamiento básico, y enfrentarnos a un reto aún mayor: con
justicia, guerra, resolución de conflictos, grupos étnicos, diversidad
cultural. Ese es el esfuerzo que recoge el TESAURO AMBIENTAL PARA COLOMBIA.
Es bueno aclarar que el trabajo más minucioso ha sido determinar esa unión
de diferentes sectores, en Colombia y para Colombia. Somos conscientes
de la cantidad de términos que faltan del gran universo ambiental global,
pero las condiciones están dadas para lograr este enriquecimiento.
Uno de los objetivos centrales es que sirva de instrumento a todas aquellas
personas que hacen el trabajo diario de manejar y mantener centros de
documentación en regiones apartadas del país, sin recursos, sin documentos
de referencia a la mano, a esa cantidad de compañeros de la Red de Centros
de Documentación del SINA que vienen solicitando hace mucho tiempo que
les colaboremos con los términos para hacer mejor su trabajo. Este es
uno de los motivos por los cuales hemos profundizado en el Tesauro Ambiental
para Colombia la NOTA DE ALCANCE (NA), ya que hasta el momento en los
tesauros conocidos encontramos muy esporádicamente la NA de un descriptor.
Creemos que a estos compañeros más que a nadie les ayudará tener disponibles
rápidamente no sólo el descriptor sino su conceptualización. Queremos
saber que va a ser de utilidad, también, a estudiantes, académicos y en
lo jurídico para escoger términos que normaliza el tesauro con base a
las normas.
Siempre les decimos a los estudiantes, usuarios del Centro de Documentación,
que lo ambiental "se mete con todo", tratándoles de explicar que todo
toca con lo ambiental y así el tesauro parte de una estructura básica:
MEDIO NATURAL Y ANTRÓPICO, HÁBITAT CONSTRUIDO y TERRITORIO, de donde se
desprenden infinidad de relaciones que constituyen, hasta el momento,
los términos que aquí encontramos.
Agradecemos a todas aquellas personas que con su conocimiento en las diferentes
disciplinas de la ciencia ambiental nos colaboraron: a los funcionarios
del Ministerio, a los consultores y expertos que nos acompañaron en los
contratos y en los tres talleres de debate realizados y que queremos destacar
en nuestra lista de reconocimientos, al Proyecto Fap-SINA-Holanda que
creyó y entendió, hace cinco años, en la necesidad de esta herramienta,
que otros en ese mismo momento veían como una quijotada. Especialmente
a la ingeniera, funcionaria y amiga Maria Emilia Botero que para bien
del Centro de Documentación y del Tesauro Ambiental para Colombia llegó
a acompañarnos, ya que sin su rigurosidad y dedicación no hubiéramos podido
culminar este proyecto, y a todo el equipo de trabajo del Centro de Documentación.
Queremos que esta primera entrega sirva para conocer lo que se debe corregir,
ajustar o pulir. Esperamos todos los comentarios y recomendaciones posibles
para trabajar en la segunda versión.

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