En la región suramazónica colombiana existen diferentes yacimientos, depósitos, prospectos y manifestaciones minerales; catalogados como recursos identificados los cuales se pueden clasificar como medidos, indicados o inferidos de acuerdo al grado de conocimiento disponible sobre su localización, cantidad y calidad, tecnología desarrollada para su aprovechamiento, entre otros.
En este sentido se han identificado unas áreas potenciales, las cuales han sido definidas de acuerdo con su oferta potencial, como:
Entre la oferta de recursos de mayor potencial se encuentran: oro, bauxita, cadmio, cobalto, cobre, estaño, hierro, molibdeno, niobio, tántalo, pirita, plomo, titanio, tungsteno, uranio, zinc, arenas silíceas, calizas, diatomitas, evaporitas, yeso, feldespato, fosfatos, mica, petróleo, carbón, asfaltita, asfalto líquido, arcilla y mármol.
En la región se localizan dos de las trece cuencas sedimentarias en las cuales se encuentra dividido el país, para propósitos de exploración y explotación de hidrocarburos. De estas, la denominada cuenca Caquetá‑Putumayo, localizada en el extremo occidental del área de jurisdicción, es en la que con mayor intensidad se han desarrollado trabajos de exploración y explotación de estos recursos desde la década de los sesenta del siglo XX. La otra cuenca, denominada Amazonas, ha sido poco o nada explorada.
Los procesos de Exploración y Explotación petrolera se han concentrado a lo largo del piedemonte de los departamentos de Putumayo, Cauca y Caquetá, principalmente en los municipios de Orito, Valle del Guamuez, San Miguel, Puerto Caicedo y Puerto Asís en el Putumayo y en la baja bota caucana en el departamento de Cauca.
A excepción de las actividades relacionadas con la oferta de hidrocarburos, el resto de la oferta del potencial minero presente en la región ha sido objeto de explotación artesanal, especialmente de minerales preciosos, como el caso de la localidad de Puerto Limón en el municipio de Mocoa. Por otra parte, en algunos tramos del río Caquetá, en cercanías de la Tagua y de Araracuara se han presentado extracciones por dragado del río, los cuales vienen siendo objeto de acciones de control por parte de las instituciones, por ser actividades que se vienen desarrollando sin cumplir con los requisitos mínimos establecidos por las normas colombianas y que vienen siendo desarrolladas por personas provenientes del Brasil principalmente, que utilizan el sistema de dragado, generando serios efectos sobre el medio, además de los conflictos generados con las comunidades asentadas en esas zonas, en su mayoría comunidades indígenas.