Sistema Económico
El principal renglón de la producción del departamento está representado por la explotación de hidrocarburos, actividad que tuvo en sus inicios, a finales de los años 60's, una producción que superaba los 120.000 barriles diarios, pero que en 2007 apenas superó los 12.600 barriles/día en cerca de 120 pozos productivos en operación y producción. Esta actividad se ha concentrado principalmente en los Municipios de Orito, Valle del Guamuez, San Miguel, Puerto Asís, Puerto Caicedo y Puerto Guzmán, y en menor proporción en Mocoa y recientemente en Villagarzón.
Además del petróleo, otra línea de actividad minera en la región corresponde a la extracción artesanal de oro especialmente en algunos sectores del río Caquetá; y la explotación de calizas en la parte andina del Departamento. Según estudios de INGEOMINAS, en el departamento existen yacimientos y depósitos minerales identificados pero no suficientemente cuantificados. En la Tabla 7 se presenta una relación de los recursos minerales potenciales en el departamento y su localización general.
Las actividades agrícolas tradicionales se han visto afectadas en los últimos años, por una parte, por el desplazamiento de mano de obra hacia actividades de cultivos con fines ilícitos, y por otra parte, debido al conflicto armado prevaleciente en el departamento entre actores al margen de la ley por el control del territorio, que ha generado considerables flujos de personas hacia otras partes del departamento o del país.En el departamento se practica la agricultura de cultivos tradicionales como plátano, yuca, maíz, arroz, papa, fríjol, caña panelera y palmito, y frutales como manzana, chontaduro, piña y chiro, principalmente, para los cuales en el 2005 se contó con cerca de 23.613 ha que generaron una producción de 116.755 ton. Igualmente se cuenta con cerca de 580 ha establecidas en caucho. Además de los cultivos con fines ilícitos que en las últimas décadas ha absorbido buena parte de la mano de obra. En la Figura 2 se presenta el comportamiento de los principales cultivos en el departamento entre 1987 y 2006.
Tabla 7.- Recursos minerales potenciales
X: Bajo grado de conocimiento, se clasifican como inferidos sin localización precisa
De acuerdo con datos suministrados por el Sistema de Información y Monitoreo a los Cultivos Ilícitos – SIMCI ‑, los cultivos de coca en el departamento pasaron de 47.120 hectáreas en el 2001 a 12.253 hectáreas en el 2006: El Municipio con mayor área dedicada a este tipo de actividades es Leguízamo, seguido de Puerto Asís y Puerto Guzmán.
Figura 2 .- Producción agrícola anual (miles de ton)
Fuentes: Evaluaciones Agropecuarias URPA´s, UMATA´s. Minagricultura y Desarrollo Rural - Dirección de Política - Grupo Sistemas de Información. http://www.agronet.gov.co/
A nivel pecuario, las actividades están concentradas en la cría de ganado vacuno de carne, especialmente en áreas ubicadas por debajo de los 1.000 msnmm, y de doble propósito y de leche especialmente en los Municipios del Valle de Sibundoy, por encima de los 2.000 msnmm. En total para el 2005 la población vacuna del departamento se estimó en 144.303 cabezas de ganado establecidas en 128.184 ha de pastos. Otras especies objeto de zoocría en el departamento son los cerdos, que para el 2005 se estimaron en 25.513 animales las aves de corral, y en menor grado, especies menores como conejos y curíes o cuyes.
La acuicultura es otra actividad que se ha venido consolidando en el departamento con la siembra de peces de consumo, principalmente especies nativas, entre las que sobresalen las conocidas localmente como trucha arco iris, cachama, mojarra, sábalo, bocachico y carpa.
Prácticamente el total de la producción agropecuaria del departamento es destinada a consumo local.
Otro aspecto importante de la actividad productiva primaria en el departamento está relacionado con el “aprovechamiento” forestal, principalmente de las especies maderables guarango (Parkia multijuga Benth), sangretoro (Virola spp.), caimo (Pauperia spp.), guamo (Inga spp.), achapo (Cedrelinga catenaeformis), amarillo (Nectandra spp.), arenillo (Qualea spp.), popa (Couma marocarpa), caracolí (Osteophloeum platyspermun) y canalete (Jacaranda copaia), de las cuales el mayor porcentaje de las que se aprovechan tienen como destinos principales las ciudades de Pasto, Cali, Neiva, Bogotá, Medellín y Barranquilla, y una parte de la producción cubre la demanda local. De acuerdo con datos de CORPOAMAZONIA entre los años 2002 a 2007 se han aprovechado en el Departamento 247.152 m3 de madera en bruto de diferentes especies que representan el 46% de las movilizadas en la jurisdicción de CORPOAMAZONIA durante el mismo período (Ver Tabla 8).
Tabla 8.- Movilización de madera 2002-2007 según procedencia
La pesca ornamental sobre los ríos Caquetá y Putumayo, y de consumo sobre el río Putumayo también ha sido una actividad permanente en la región. Entre las especies ornamentales más representativas se encuentran las conocidas localmente como: Tigrito, Arawana, Cucha Real, Catalina, Otocinclos, Neón y Estrigatas. Entre las especies de consumo se destacan las conocidas localmente como: Baboso Blanco, Chontaduro, Guacamayo, Capitán, Barbiplancho y Bocachico con destino a los mercados de Neiva y Bogotá principalmente.
Las actividades productivas relacionadas con el sector secundario de la economía son aún incipientes en la región, debido principalmente a la escasa disponibilidad de equipamiento social y a la falta de infraestructura económica adecuadas; en el sector secundario sobresalen fábricas de materiales de construcción (ladrillos, tejas y cal), transformación de productos lácteos, palmito de chontaduro en conservas, maderas, curtiembres, y derivados del petróleo.
El sector terciario ocupa la mayor cantidad de mano de obra urbana, a través de empresas prestadoras de servicios, comunicaciones, transportes, energía, banca, hotelería, comercio y construcción de obras públicas y civiles. Gran parte de la mano de obra está concentrada en los cargos públicos generados por las administraciones municipales y departamental, además de los puestos de trabajo generados por otras instituciones del Estado del orden regional y nacional.
Con respecto al sector cuaternario o Investigación y Desarrollo ‑ R&D ‑, se puede decir que es mucha la investigación básica y aplicada que se ha desarrollado en el departamento, buena parte de ella, como resultado de ejercicios académicos llevados a cabo por grupos de estudiantes de universidades externas a la región. Esta investigación se ha desarrollado en diferentes disciplinas de las ciencias humanas (especialmente trabajos etnológicos y antropológicos en comunidades indígenas) y naturales (relacionados con ecología básica de especies de flora y fauna principalmente), pero desafortunadamente las mismas no obedecen a un plan de investigación integral para atender las necesidades de desarrollo del departamento, lo que ocasiona que se tenga muchos datos pero muy poca información.
La problemática ambiental asociada con actividades humanas está relacionada con la alta concentración de población en la zona de transición entre las unidades de paisaje Piedemonte – Llanura Amazónica. En esta zona se localizan las cabeceras municipales de Mocoa¸ Villagarzón, Orito, Valle del Guamuez y San Miguel, que en total suman 74.120 personas; Adicionalmente, las cabeceras de Puerto Caicedo y Puerto Guzmán están localizadas en la frontera de estas dos unidades, alcanzando así 81.970 personas, equivalentes al 26,4% de la población reportada para todo el Departamento.
Esto supone una densidad poblacional promedio de 4.098 personas por km2, ya que sumando el área de las cabeceras mencionadas, no supera los 20 km2. Lo anterior conlleva a la necesidad de disponer de buenos sistemas de tratamiento y disposición de residuos, sistemas de tratamiento y potabilización de agua, oportunidades laborales, infraestructura productiva y equipamiento social adecuados para garantizar unos parámetros aceptables de calidad de vida para la población, cosas que en la mayoría de los casos no están disponibles para el departamento, ni para sus Municipios. Lo anterior conlleva a problemas de crecimiento desordenado de las ciudades, hacinamiento, inadecuada disposición de residuos sólidos y líquidos, proliferación de vectores y enfermedades, especialmente en la población infantil, presión sobre la oferta natural, entre otros.
Esta concentración de población genera efectos negativos hacia la Llanura por la falta de adecuados sistemas de tratamiento y manejo de aguas residuales y de sistemas de tratamiento y disposición de residuos sólidos, ya que en muchos casos, tanto los vertimientos como los residuos alcanzan las fuentes de agua y son trasladados hacia otras zonas más bajas, con la consecuente contaminación de las aguas y la afectación a los ecosistemas terrestres y acuáticos con sus efectos nocivos sobre la salud humana y la biodiversidad.
Un problema similar de concentración de población en pequeñas áreas se presenta en los cuatro Municipios del Valle de Sibundoy, con el agravante que los ecosistemas relacionados con esta región presentan condiciones de mayor fragilidad, y los efectos de los cambios y alteraciones en ellos, pueden presentar sus efectos negativos, muchos kilómetros más debajo de donde se generan.
Otro efecto está relacionado con el crecimiento desordenado de las cabeceras urbanas por el desplazamiento de población desde las zonas rurales. Como consecuencia de esto se generan problemas para la prestación de los servicios básicos, lo que se ve reflejado en el incremento de enfermedades especialmente en la población infantil.
Los enfrentamientos de la fuerza pública con grupos irregulares, generan el desplazamiento de las poblaciones rurales, en su mayoría hacia las cabeceras urbanas, pero otras generan nuevos frentes de colonización en la Llanura, asociados a ríos y cuerpos de agua que pueden ser utilizados como canales de transporte, o hacia las partes altas del paisaje de Cordillera afectando áreas ecológicamente frágiles como páramos y áreas de alta pendiente, y favoreciendo la presencia de procesos erosivos, pérdida de estabilidad de laderas, pérdida de ecosistemas frágiles, entre otros efectos.
Asociada a las actividades productivas se destacan el cambio en la cobertura del suelo generado por el desarrollo de actividades extensivas como la ganadería, por actividades agrícolas, o por el establecimiento de nuevas áreas de cultivos con fines ilícitos, como respuesta a las políticas de erradicación forzosa adelantadas por el Gobierno Nacional. Este cambio de cobertura se asocia a la pérdida de biodiversidad, a cambios microclimáticos, al empobrecimiento de los suelos por la pérdida de nutrientes y a una mayor susceptibilidad a la ocurrencia de inundaciones y avenidas torrenciales en las épocas de lluvia.
Buena parte de la economía del departamento se concentra en la actividad petrolera, que como se mencionó en otra parte de este documento, ha venido en descenso y actualmente sólo alcanza el 10% de la producción inicial. Por otra parte está la economía generada por los cultivos de coca, que a raíz de las políticas estatales en los últimos años, ha llevado a la disminución o al desplazamiento de las personas dedicadas a esta actividad, o a la reconversión productiva de otras. Sin embargo, las propuestas presentadas e impulsadas como alternativas productivas, están muy orientadas a solucionar el problema de la seguridad alimentaria, pero no se visualizan propuestas claras que permitan dinamizar procesos productivos de largo plazo, fundamentados sobre las potencialidades que ofrece la región en términos de condiciones biofísicas y de oferta natural. Lo anterior se ve agravado por el hecho que, en muchas ocasiones, las personas que se han acogido a los programas del gobierno para reemplazar los cultivos ilícitos, resultan afectadas por las acciones de erradicación forzosa por medio de aspersiones aéreas.Las actividades agrícolas y pecuarias que se reducen básicamente a la producción de unos pocos productos tradicionales como el maíz, el plátano y la yuca, en cantidades muy bajas considerando la población estimada para el departamento, también se convierten en un problema potencial a largo plazo, ya que el departamento depende por completo de regiones externas para el suministro de los productos básicos de la canasta familiar, y el panorama actual a nivel mundial presenta una drástica disminución en las reservas alimenticias, generándose la posibilidad de que ante un desabastecimiento alimenticio, los proveedores de productos para Putumayo orienten sus mercados hacia otras regiones del país o del mundo.